El desierto del Sáhara es uno de los más extensos del mundo y tenemos la suerte de tenerlo a un tiro de piedra. Ocupa buena parte del norte de África, atravesando países como Marruecos, Argelia, Túnez o Libia. Cada uno de estos países ofrece una experiencia del Sáhara diferente, así que si estás planeando una escapada memorable para la próxima temporada de otoño o primavera (las dos mejores épocas en las que visitar este desierto, dado que las temperaturas son más moderadas), ¡toma nota de estas ideas de circuitos!

1. Recorrido desde Merzouga y dunas Erg Chebbi (Marruecos)

Uno de los circuitos más típicos para explorar el desierto del Sáhara es aquel que tiene como punto de partida el pueblo de Merzouga, situado al sur de Marruecos y próximo a la frontera con Argelia. Son muchos los que acceden a este lugar desde la pintoresca ciudad de Uarzazat, construida en los colores del desierto y perfecta para ir familiarizándote con tu próximo destino.

Los recorridos que parten desde Merzouga sirven para adentrarse en las suaves dunas de Erg Chebbi, espectaculares en cualquier momento del día aunque aún más al amanecer. Durante la excursión habrá actividades para todos los gustos: desde paseos en camello por el desierto hasta danzas tradicionales de las etnias que habitan este territorio. Lo más especial vendrá al final del día, con una cena bajo la luz de las estrellas que, en esta parte del mundo, brillan más de lo normal. En este tipo de recorridos se suele dormir en jaimas, alojamientos típicos de la comunidad bereber.

2. Un escenario de película y el palmeral de Douz (Túnez)

Entre los circuitos por el Sáhara más bucólicos se encuentra el que ofrece Túnez, donde no te faltará ninguna experiencia por vivir. Este recorrido es sobre todo interesante para los amantes de la saga Star Wars, dado que en la travesía por el desierto tendrás la oportunidad de adentrarte en Djerba, donde explorar rincón a rincón el magnífico decorado de la saga galáctica.

La ruta por la parte tunecina del Sáhara también contempla una visita al palmeral de Douz, donde el verde se fusiona con el marrón del desierto. Otro de los imperdibles es el pueblo de Chenini, un pueblo tradicional bereber con una coqueta mezquita blanca que resalta en un entorno en tonos ocres.

3. Travesía por las dunas rojas de Tadrart y pinturas rupestres (Argelia)

Argelia es un destino en el que quizás no pienses en un principio al planear un viaje al Sáhara. Sin embargo, ¡no puede pasarse por alto! Especialmente porque el desierto ocupa alrededor del 90 % del país, por lo que puedes imaginar todos los tesoros que se esconden en una superficie tan grande.

Lo que más llama la atención a los viajeros del Sáhara argelino son las dunas rojas de Tadrart, que te harán trasladarte casi a otra dimensión. Este paisaje tan fotogénico resulta idóneo para explorar en un todoterreno, aunque también a pie, en una aventurera ruta de trekking por las dunas. En los alrededores del pueblo de Illizi podrás disfrutar de un auténtico oasis en medio del desierto: el oasis de Taghit sorprende por sus esbeltas palmeras que, quizás, no te esperas en un entorno así. Por último, en las inmediaciones de esta población es posible admirar impresionantes pinturas rupestres en un enclave declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

4. Paseos por ciudades de arena en Ghadames y paisajes de otro planeta (Libia)

Si eres de los que huyen de las multitudes, no te pierdas el Sáhara libio, mucho menos transitado que los anteriores. Las dunas parecen ser una constante en un país en el que, nuevamente, el 90 % de su territorio es desértico. Entre los puntos de interés de una ruta por el Sáhara de Libia está Ghadames y, en especial, su parte vieja, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Sus calles de arena que serpentean entre casas blancas animan a ser recorridas y a perderse por ellas.

De otro planeta parece Jebel Akakus, territorio tuareg y donde observar curiosas formaciones rocosas. Pon el broche final a tu travesía por el desierto en Erg Ubari, donde las dunas forman un paisaje casi hipnótico.

¡Cocina a fuego lento tu escapada para los próximos meses! Nada mejor que sumergirte en la magia y autenticidad del desierto del Sáhara.